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El nuevo incendio de Iron Mountain está controlado, pero las llamas tardarán en extinguirse

El incendio que se desató este lunes en el depósito de la empresa Iron Mountain, en Barracas, fue "circunscripto". Pero pese al control de las llamas, la extinción total llevará más tiempo. Y recién ahí, con un escenario ya en cenizas, se sabrá si se trató de algo intencional.

"Habrá que esperar primero que se apaguen las llamas y después sabremos qué pasó. Aparte, recién ahora se está pudiendo entrar para realizar tareas de enfriamiento", dijeron este martes a Clarín fuentes de Seguridad de la Ciudad.

Hasta la noche del lunes se habían derrumbado dos paredes, una de manera parcial y otra total. No hubo reportes de heridos.

"Hasta el momento estamos trabajando en el enfriamiento, porque por el peligro de derrumbe tenemos la orden de no ingresar", dijo el comandante de Bomberos de la Ciudad, Gabriel Acosta, el lunes por la mañana. De esas tareas depende el comienzo de las pericias, que podría demorarse hasta dos semanas.

El incendio de este lunes en el depósito que guarda documentación de empresas privadas y organismos oficiales, revivió la tragedia del 5 de febrero de 2014, cuando murieron 10 personas intentando apagar las llamas que consumían uno de los depósitos del lugar, ubicado en la calle Azara 1245.

"Zonas de Iron Mountain que no habían sido afectadas por los incendios de 2014 cayeron bajo, con llamas de unos 20 metros de altura", agregó Acosta.

"Es posible que una antena de 35 metros esté en peligro de derrumbe, porque se cortaron los tensores", sostuvo. El oficial de bomberos afirmó que las viviendas de alrededor del depósito "no corren el riesgo de derrumbe".

Los directivos de la empresa denunciaron destrozos y hechos de vandalismo el 19 de abril. Todo se da doce días después de la elevación a juicio de la tragedia de 2014.

Al menos once dotaciones de Bomberos de la Ciudad, entre ellos de Vuelta de Rocha, La Boca y San Telmo, junto con unidades de apoyo, continuaban combatiendo el incendio que comenzó en la tarde del lunes, pasadas las 14.

Según fuentes de Seguridad porteña, al arribar al lugar, los efectivos lograron ingresar usando una sierra, ya que la puerta estaba cerrada y sin empleados.

Una vez adentro, los bomberos atacaron el incendio desde la intersección de las calles Benito Quintela Martin y Azara y desde la intersección de Gaspar Melchor de Jovellanos y Benito Quinquela Martín.

El fuego incursionó por el techo y la montante del depósito, en una extensión de 60 x 20 metros en forma irregular.

La parte frontal y media del techo cedió parcialmente y se realizó un ataque defensivo desde afuera, porque se visualizaron grietas en la parte superior del depósito. El hidroelevador se apostó en un patio de cielo abierto, atacando el fuego desde un lateral.

Una porción de la pared del galpón se derrumbó sobre tres vehículos estacionados en la vía pública (un Volkswagen Gol, una Ford y un Volkswagen Fox), sin registrarse daños personales.

Además, otro paredón cayó sobre Quinquela Martín encima de dos rodados particulares.

"Hay peligro de más derrumbes, porque hemos trabajado en el exterior. Todavía no hemos trabajado en el interior. Hemos recibido la orden de no ingresar por el peligro", destacó.

En el lugar se sumó personal de la Comisaría Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad, SAME, Defensa Civil, Guardia de Auxilio y Logística de la Ciudad.

Interviene en el causa por averiguación de incendio, la UFLA, a cargo de Luciana Astardjian.

El fuego, otra vez

Fabiana, vecina de la zona y cuyo hijo integra el cuartel de bomberos de San Telmo, sostuvo: "Esto no tendría que haber pasado. Después del incendio de 2014 tendrían que haber tirado todo abajo. Quedó la estructura vieja y solo hicieron lo nuevo donde murieron los bomberos".

"Esto se pudo haber evitado, me parece un poco vergonzoso", agregó.

Por su parte, Roberto Zavalla, comandante retirado de bomberos voluntarios Vuelta de Rocha y vecino del lugar, contó que se enteró del incendio porque vio las llamas y el humo al salir de su casa y consideró que "era de proporciones", por lo que se comunicó con la estación de Bomberos.

"No escuché ninguna explosión, nada, porque si es un depósito de este tipo son estanterías con papel y cajas", definió el bombero voluntario.

Y añadió que "los siniestros no tienen que ser todos nefastos. Ya aquella vez Iron Mountain fue nefasto para nueve hombres y una mujer. Yo ya lloré mucho, pero me causan escozor este tipo de cosas".

"'Otra vez sopa', pensé. Justo en el mismo lugar", sostuvo Miriam, también vecina de la zona y quien presenció "absolutamente todo" el derrumbe de 2014. "No sé exactamente qué es y qué es lo que hay adentro, pero sí veo que hay movimientos", añadió.

Después manifestó su hipótesis sobre el lugar: "Lo único que sé es que si hay papeles como la otra vez, seguramente que esto hubiera sido para ocultar información. No creo que sea por otro tipo de cosa".

La investigación judicial sobre el incendio de 2014 tuvo distintas instancias y en diciembre de 2022 la Cámara del Crimen confirmó el procesamiento de los 18 acusados.

El 12 de abril la jueza Fabiana Palmaghini envió a juicio oral y público la causa . Entre los imputados hay directivos de la empresa y exfuncionarios de la Dirección General de Fiscalización y Control del Gobierno porteño, como así también un empleado de seguridad de Iron Mountain que estaba en funciones cuando se inició el incendio.

Los peritajes realizados sobre el siniestro de 2014 señalaron como causa inmediata del derrumbe de la pared hacia el exterior al colapso de la estructura metálica del depósito -cabriadas y columnas-, como consecuencia del fuego.

Fuente: Diario Clarín

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