San Saturnino de Tolosa, también llamado Serenín, es uno de los múltiples mártires de los primeros siglos. Originario de Cartago, fue un misionero romano en la Galia y llegó a ser obispo de Tolosa.
También es el patrón de Pamplona, ya que la tradición dice que en algún momento San Saturnino visitó la ciudad navarra para evangelizar a sus gentes. Uno de los primeros en ser bautizados fue San Fermín.
Cuentan que, bajo el emperador Decio, la comunidad cristiana de Tolosaliderada por Saturnino no renunció a su fe, por lo que el obispo fue martirizado, acaeciendo su muerte en el 304 bajo Maximiano. Según algunos relatos posteriores a su muerte, San Saturnino pudo haber sido arrojado al vacío desde las gradas del templo de Tolosa o atado con cuerdas a un toro hasta morir.
Fuente: ELMUNDO.
Comentarios