Durante la estancia de San Pablo en Listra conoció a Timoteo. Se hospedó en la casa de su familiar durante una temporada.
De ahí que en la primera Epístola a los Corintios Timoteo sea reconocido como el "hijo amado", aunque en aquella época sufría graves dolencias estomacales.
San Pablo, acompañado de San Bernabé, curó a dos moribundos. Sin embargo, a pesar del milagro ambos fueron apedreados por demostrar sinceridad y humanidad. Entonces la familia de San Timoteo acogió a los dos en su casa.
Fue ahí donde también curó a San Timoteo y desde entonces comenzó a predicar la palabra de Dios acompañando a San Pablo. Llegó a obispo de Éfeso, hoy Turquía, y presidente de todos los obispos.
Al oponerse a la celebración de una festividad romana del emperador Domiciano, por ser un centro de corrupción, acabó muerto a piedras y a palos.
Fuente: ELMUNDO
Comentarios