San Diego de Alcalá (1400-1463) nació en San Nicolás del Puerto (Sevilla) y desde joven abrazó la vida eremítica, dedicándose por entero a la oración y al trabajo.

Ingresó en la Orden franciscana, como hermano lego, y desempeñó con toda los oficios más sencillos en el convento de Arruzafa (Córdoba). En 1441, Diego de Alcalá marchó a las Islas Canarias como misionero y nueve años después viajó a Roma, donde destacó su caridad en el servicio de los enfermos. Cuenta la leyenda que con su oración curó a muchas personas que habían contraído la peste.

Regresó a España y murió el 12 de noviembre de 1463 en el convento de Santa María de Jesús (Alcalá de Henares), donde pasó sus últimos siete años de vida trabajando como portero y jardinero.



Fuente: ELMUNDO.