Cada 23 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Acción para la Supervivencia Infantil con el objetivo de poner fin a la mortalidad de menores de cinco años. Para cumplir con esta meta es necesario mejorar la nutrición, la salud, garantizar el acceso al agua potable y saneamiento y promover hábitos saludables.

La ONG Save The Children y la Organización Mundial de la Salud definieron esta fecha para poder difundir cuáles son las principales causas de muerte de niños y niñas en el mundo y promover acciones para prevenirlas. Entre ellas, destacan la neumonía, la diarrea, la desnutrición y las complejidades durante de parto. Este último factor también puede derivar en el fallecimiento de las madres.

De acuerdo a estadísticas del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez, alrededor de 5 millones de niños menores de cinco años murieron en 2021. La situación más crítica se observa en África Subsahariana y el centro y sur de Asia, regiones donde las tasas de mortalidad infantil son las más altas.

Según informó El País, en 2021, más del 80% de las muertes de menores de cinco años tuvo lugar en estas dos regiones. Mientras que en el mundo, la tasa de mortalidad de este grupo etario es de 38 cada mil habitantes, en África Subsahariana, la proporción asciende a 74 cada mil.

Estas cifras demuestran que, pese a que desde 1990 se ha trabajado para reducir la mortalidad, todavía es una deuda pendiente. De hecho, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las Naciones Unidas ratificaron su meta de “poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y niños menores de cinco años de aquí (2015) a 2030”. En particular, se propusieron lograr que la mortalidad neonatal descienda a 12 de cada mil nacidos en cada país y la de niños menores de cinco años a 25 cada mil.



Fuente: elDiarioAR.