Según cuenta la tradición, Águeda había hecho un voto de castidad para entregar su virginidad a Jesucristo. Algo que no gustó al procónsul de Sicilia, quien la envía a un lupanar en el que, milagrosamente, Águeda conserva su virginidad.
El procónsul, enfurecido, ordenó entonces que torturaran a la joven cortándole los senos.
Fuente: ELMUNDO.