La ola de calor obligó a distintas jurisdicciones a medidas extraordinarias, como la suspensión de clases (Mar del Plata) o la hidratación estudiantil a través de chorros de agua (Rosario). En Corrientes no hay, hasta la fecha, disposiciones para mitigar los efectos del clima. Desde varios colegios contaron su realidad a este matutino y un gremio sumó medidas "revolucionarias".
Ante la consulta de época, el secretario Gremial del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), Daniel Ayala sostuvo que el sistema educativo local debe repensarse a sí mismo ante el cambio climático. "Las altas temperaturas son padecidas por docentes y alumnos, y teniendo en cuenta que la situación no cambiará, deberían instrumentarse nuevas medidas. Hoy los estudiantes están incómodos, no pueden aprender bien y sólo van a cumplir horario", opinó.
Entre las propuestas que esperan que algún día se tengan en cuenta, Ayala mencionó la flexibilización de los códigos de vestimenta. "Los uniformes, integrados por pantalones o corbatas, no están adaptados al clima. Se debe pensar en el uso de bermudas", lanzó. Una propuesta que va en sintonía con una medida que ayer instrumentó la primaria "Francisco Gurruchaga" de Rosario. Allí, los estudiantes fueron autorizados a asistir a clases con mallas y ojotas.
Por su parte, la directora del colegio secundario "José María Ponce", Gladis Gómez, no descartó que una propuesta así tenga resultados. Sin embargo, agregó algunas consideraciones: "Los uniformes pertenecen a las normas de conducta de los colegios y son una forma de preparar a los niños y adolescentes para la vida adulta. En muchos trabajos deben respetar una determinada indumentaria. En nuestro caso particular, ningún tutor se quejó por la ropa exigida".
Uno de los ejemplos más cabales de la combinación entre vida estudiantil y laboral es la escuela técnica Nº2 "Bernardino Rivadavia". Los alumnos deben asistir a sus horas de taller (la jornada es doble turno) con ropa de grafa y borcegos. "Tener un equipo de refrigeración en el taller es una vieja demanda al Ministerio", contó Pablo Almirón, vicerrector de la institución.
De todas formas, Almirón destacó que gracias a una beca del Gobierno nacional todas las aulas del colegio cuentan con refrigeración. Sin embargo, cuando una unidad se descompone deben financiarlo con los fondos de la cooperadora.
Otra de las cuestiones a resolver que mencionaron desde SADOP es la superpoblación en las aulas. "Los salones tienen una capacidad máxima de 25 personas, pero en muchos establecimientos llegan a 40. Por más aires acondicionados instalados, no hay solución en estos casos", agregó Ayala.
Por último, Gómez aseguró que el mantenimiento de equipos de aire acondicionado no es un problema en su institución, ya que el Ministerio de Educación invierte en una empresa para el mantenimiento de aires acondicionados. "A veces es cuestión de gestionar soluciones como directivo y no quedarse en el lugar", concluyó.
Fuente: Diario época