Se le atribuye la curación sin explicación científica de Juan Manuel Franco, un bebé que en 2006 tenía 15 meses cuando salió de un cuadro de coma profundo luego de que sus padres rezaran a la figura del futuro beato.
El religioso fue pontífice durante 34 días en 1978. La Iglesia aprobó su contribución para salvarle la vida a una nena que atravesaba una grave enfermedad.